La reforma al
manejo de las regalías, que en la actualidad hacen transito en el Congreso de
la Republica, es uno de los proyectos más polémicos del Presidente Juan Manuel
Santos. A este acto legislativo se oponen las regiones productoras de
hidrocarburos y recursos no renovables por considerarlo lesivo para sus fianzas.
Las regalías son una contraprestación economía que pagan las empresas extractoras de los recursos
naturales no renovables al Estado. Las
regalías son de dos tipos:
Regalías directas:
Son aquellas asignadas a las entidades territoriales en cuya
jurisdicción se explotan recursos naturales no renovables, así como los puertos
marítimos y fluviales por donde se transportan los recursos explotados
Regalías indirectas:
Son aquellas no asignadas directamente a los departamentos municipios
productores, así como a los municipios portuarios, marítimos o fluviales por
donde se transportan los recursos explotados o sus productos derivados, suya
administración corresponde al Fondo Nacional de Regalías, y a financiar
proyectos regionales de inversión definidos como prioritarios en los planes de
desarrollo
Inversión de las regalías:
Los municipios deben destinas el 75% y los departamentos el 60%
de los recursos de las regalías a las soluciones de las necesidades básicas insatisfechas.
Por lo tanto, deben utilizarlas en proyectos que permitan a más colombianos
tener acceso a los servicios de educación, salud, agua potable y alcantarillado
y a reducir la mortalidad infantil.
Este destino sólo podrá cambiarse cuando las entidades territoriales
alcances las coberturas mínimas en: educación básica 90%, salud para los más
pobres 100%, agua potable 70%, alcantarillado 70% y mortalidad infantil 1%.
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